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Channel: Reportajes Bares y Restaurantes - Gurmé Cádiz
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Ensaladillas sencillas, ocultas e imprescindibles en Cádiz

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Lo que lleva la receta tradicional es objeto de discusión en foros internacionales y en las sobremesas de todas las casas. La ensaladilla resume todo lo bueno del tapeo, de salir a tomar una cerveza, o de empujar con un piquito. Está buena de muchas formas, aunque no de todas. Hay quien ha caído en servir opción envasada o congelada, lo que produce un importante bajón anímico en el comensal. Por eso esta lista ensalza a aquellos que, sin grandes pretensiones gastronómicas pero con mucho cariño, ofrecen a sus clientes una ensaladilla honesta, sencilla y hecha en su cocina.

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Ensaladilla de Bar Alfa. | G.C.

Bar Alfa (Paseo Marítimo, 31)

Al final o al principio de Cádiz, según como se mire, se puede probar una de las ensaladillas más sencillas y ricas de la capital. El Bar Alfa es el último reducto, la última tentación de los corredores del Paseo Marítimo que llegan al borde de Cortadura. Patata, zanahoria y mayonesa (quizás también huevo), son los únicos ingredientes que lleva, y ni falta que hace que tenga más. Todos los ingredientes están cortados en trozos muy pequeñitos y la mayonesa es todo lo que debe ser: consistente, suave… Merece el paseo desde la punta de San Felipe, solo para probarla con una cerveza.

El Garbanzo Negro, Cádiz

Ensaladilla del Garbanzo Negro. | G.C.

Garbanzo Negro (Calle Sacramento, 18)

Lo sencillo deja ver lo más difícil de conseguir en el caso de la ensaladilla del Garbanzo Negro. La cocción de la patata es perfecta, consistente, firme, pero tierna a la vez. Es de esas ensaladillas que se disfrutan cuando están bien frías. Le ponen zanahoria y chícharos, la sirven en bolas (la ensaladilla), decoradas con un toque de pimentón dulce y un pegote de mayonesa que es accesori porque la tapa en sí lleva bastante

 

Bar Bohemia (avenida, frente a colegio Reyes Católicos)

La del Bar Bohemia es peculiar y espectacular. Por tanto, ‘espectaculiar’. Me refiero a la que denominan Ensalada de Patata. Entre una decena de tapas frías memorables, tienen también una ensaladilla exquisita y más ortodoxa, llamada así. Me refiero a otra, diferente. Esta que resalto es una ensaladilla sublime que se ha cambiado el nombre. Los trozos de papas cocidas (peladas cuando duelen las manos, como debe ser) son grandes y limpios, separados de salsa y resto de ingredientes. El atún también se ve aparte, solo. Como los grandes trozos de pimiento verde. Nada está ligado. La mayonesa tersa y artesana se pone a modo de corona o gorra del conjunto, para que el cliente lo mezcle todo, o no. Una de las mejores ensaladillas de Cádiz aunque puede que ni siquiera sea, ni se llama, ensaladilla.

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Ensaladilla de La Atalaya | G.C.

La Atalaya (calle Emilio Castelar, barrio de Astilleros)

Es curiosa de tan común que resulta. No tiene nada. Pero nada. Ni rastro de chícharo, ni casi de atún. Poco más que papas bien cocidas y mahonesa casera bien hecha, con algún aderezo invisible y decorada con un poco de pimiento morrón. Sin embargo, cuando esos dos elementos se mezclan de forma medida y calculada, de forma compleja pese a su sencillez, instintiva pese a la repetición, sale ese plato del que nunca nos cansamos. Es una ensaladilla de manual servida en un bar que ha tenido relevo en la gestión (ha pasado de Miguel Rivas a su hermano, Pepe Rivas). Curiosamente, va acompañada de galletitas saladas, a modo de guarnición de la guarnición, de mínimo complemento.

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Ensaladilla de La Callejuela. | G.C.

Taberna La Callejuela (Avenida Juan Carlos I, 6)

Si pensábamos que las ensaladillas no innovadoras no podía sorprender y a la vez mantener su toque clásico, aquí tenemos un ejemplo de ello. En La Callejuela sirven una que a muchos les recordará a las que preparaban en su casa. Además de ser parca en ingredientes (la consabida patata y zanahoria), no mezclan la mayonesa, si no que la echan por encima, y allá tú cómo te la quieras comer. Ideal para los que se quejan de un exceso de esta salsa

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Ensaladilla de Pez Gallo. | G.C.

Pez Gallo (Paseo Marítimo, 2)

Este establecimiento abrió sus puertas recientemente con la intención de volver a las cervecerías de antaño y una oferta de tapeo donde destaca el pescado frito y también tapas frías clásica como la ensaladilla. Tienen dos opciones, una sencilla, más barata y otra con gambas al ajillo. Las dos pasan de florituras, para continuar siendo la tapa que todos recordamos. La patata cortada pequeña, guisantes y zanahoria, con sabor suave y textura óptima. La de gambas al ajillo sólo va acompañada de patata cocina y mayonesa. Mezclado con las vistas de la terraza y una cerveza, el aperitivo perfecto.

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Ensaladilla de Bar El Doce. | G.C.

Bar El Doce (Avenida Fernández Ladreda, 9. En el interior del patio de los bloques de viviendas)

Establecimiento de la capital gaditana que muchos se preguntarán cuál es. Está escondido, pero no por eso poco concurrido, al contrario. Sus guisos y pescados fritos lo justifican. Y la ensaladilla es un compendio de todo eso, de lo que te pondría tu abuela para comer. Preparan la ensaladilla con patata, atún, huevo duro y mayonesa. Simple, consistente, muy consistente y buena. Como de  excursión.

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Ensaladilla de El Rinconcito. | G.C.

El Rinconcito (calle Antonio Machado)

El ganador de Mejor Bar de cocina tradicional de La Bahía en los premios Gurmé Cádiz 2017, no podía decepcionar con esta emblemática tapa. Su característica mayonesa, presente en varios de sus platos,  cubre una ensaladilla casera hecha con patata en trozos medianos, huevo duro, pimiento morrón, atún y chícharos. La mezcla merece la pena esperar por una mesa, o un hueco en la barra. Y no solo preparan la versión clásica, también con pulpo y gambas, para no tener excusas para repetir.

 


Fiestas gastronómicas populares de Cádiz imprescindibles en 2018

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Comienza el año y hay que marcar las fiestas importantes en el calendario, las que no podemos olvidar. Son muchas y variadas, dedicadas a cocina modera, a charlas y reflexiones teóricas. Pero si hay citas que triunfan esas son las fiestas populares. Recetas tradicionales, ambiente callejero al aire libre y degustaciones gratuitas son las claves del éxito de estas citas gastronómicas de la provincia de Cádiz. Se han convertido imprescindibles por su fama y decenas de ediciones a sus espaldas. Guisos y dulces son también protagonistas de concursos en los que se preparan grandes cantidades para que todos puedan probarlos. Estas son las fiestas gastronómicas populares de la provincia de Cádiz que no te puedes perder en 2018.

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La Peña Los Dedócratas organiza anualmente la ‘pestiñá’ .| G.C.

Pestiñada, erizada ostionada y mejillonada del Carnaval de Cádiz (enero)

La comida es el preludio de la celebración del carnaval en varios municipios de la provincia. En Cádiz se podrán degustar un año más (ya van 28) unos 650 kilos de erizos que repartirán en pleno Barrio de la Viña con motivo de la erizada. También servirán manzanilla y cerveza Cruzcampo, habitual patrocinador del carnaval de Cádiz. Será la primera de estas tres celebraciones el día 7 desde las 13 horas. No faltarán las actuaciones de coros y chirigotas.

El sabor de la Navidad tiene su continuidad con la XXX Pestiñada Popular en la plaza de San Francisco el día 13 de enero desde las 9 de la noche. Como desde sus comienzos, la invitación es cortesía de la peña carnavalera Los Dedócratas, que repartirá más de 10.000 pestiños acompañados de chupitos de anís.

Le seguirá la ostioná, donde el protagonista es de nuevo un bocado marino típico de la costa gaditana. La organización, la Peña El Molino, ubicará en la amplia plaza de San Antonio el punto de reparto de 1.000 kilos de ostiones y 300 de pimientos asados y para beber, cerveza Cruzcampo y manzanilla Soleá. El día de la cita es el domingo 14 desde la una del mediodía. En la misma fech y hora se llevará a cabo la XIV Gran Mejilloná en la Peña La Perla, en la calle Carlos Ollero.

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Potaje de tagarninas. | G.C.

Tagarninada Popular de Los Barrios (febrero)

El carnaval es también el escenario de una de las fiestas culinarias más famosas del Campo de Gibraltar. La Tagarninada de Los Barrios cumple en 2018 la vigesimoctava edición, gracias al trabajo de la peña carnavalesca La Tagarnina. Son los propios socios los que se encargan de recolectar por la zona el ingrediente base de la receta, y también de cocinarla en ollas grandes dimensiones fabricadas por ellos mismos para la fiesta. Los asistentes podrán disfrutar de este guiso al que se le añaden garbanzos y carne de cerdo, ternera y especias, entre otros ingrediente, en la explanada del polideportivo San Rafael. De esta sabrosa manera darán comienzo los carnavales barreños.

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Ingredientes de las sopas cocías de Benamahoma. | MOROS Y CRISTIANOS BENAMAHOMA

Concurso de sopas ‘cocías’ de Benamahoma (febrero-marzo)

Esta fiesta recupera una de las recetas tradicionales de esta zona de la Sierra de Grazalema. Tiene su origen en el trabajo en el campo, ya que este plato se preparaba por los jornaleros con los productos de temporada que recolectaban (espárragos, setas, tagarninas tomate),  y pan duro cocinados con leña. La variedad de sopas ‘cocías’ que hay, da pie al concurso que en 2018 tendrá su octava edición, de la mano de la asociación Moros y Cristianos de Benamahoma. Además de ser testigos de la preparación de la receta, los asistentes pueden degustar las sopas y vivir el animado ambiente de la localidad.

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Concurso de repostería La Gañotada de Ubrique (marzo-abril)

Los gañotes de Ubrique son un dulce típico de la Semana Santa. Para promocionarlo se celebra el Concurso de Repostería Típica ‘Gañotes de Ubrique’ o Gañotada.Los vecinos de la localidad se ponen manos a la obra para preparar esta receta que lleva aceite, harina, huevos, azúcar, canela, ajonjolí y ralladura de limón. Tras el concurso, se degustan los gañotes en la plaza del Ayuntamiento acompañado de chocolate caliente.

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Fiesta de la Urta de Rota (agosto)

La urta a la roteña lleva el nombre de la localidad y es todo un emblema de su gastronomía. Con motivo de las Fiestas de la Urta de Rota se organizan diversas actividades culturales, además de un concurso de cocina. En la última edición se establecieron dos categorías, amateur y profesional. Participantes de ambas deben preparar la receta oficial de urta a la roteña, donde el pescado se acompaña de verduras propias de la huerta de la localidad. Un jurado es el encargado de evaluar la calidad de cada propuesta, tanto en sabor como en presentación. Al finalizar, los asistentes tienen la oportunidad de probar los platos presentados a la competición.

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Día del Lomo en Manteca en Vejer (octubre)

Es la fiesta popular más reciente de la lista y una de las más multitudinarias. El lomo en manteca es homenajeado por los vejeriegos y visitantes, una vez concluída la temporada alta de turismo. Las carnicerías de Vejer encabezadas por la de Paco Melero, sacan a la calle este manjar, cada uno con su receta propia. Se organizan degustaciones, talleres, demostraciones de cocina en directo y una ruta por los bares de la zona. Las carnicerías montan puestos donde adquirir sus productos. En 2018 se espera la cuarta edición de la fiesta, que se ha convertido en un éxito absoluto y ha colocado al lomo en manteca en el mapa gastronómico de la provincia de Cádiz.

Garbanzos como conejo de Trebujena (diciembre)

El nombre puede dar lugar a equívocos, pero en Trebujena lo tienen muy claro: nada de conejo. Como se diría ahora, es una receta vegana Este guiso tradicional tiene su propia fiesta a principios de diciembre, con la que celebran además la llegada del mosto. Se ideó para paliar la falta de ingredientes más costosos en épocas difíciles pero con el mismo sabor. Casi cien peñas de Trebujena se reúnen para cocinar con leña de las cepas de los viñedos sus garbanzos como conejo y otros platos típicos. Es todo un ejercicio de hospitalidad en el que comer y compartir. En 2018 se cumplirán cuarenta años de la celebración de la primera fiesta concurso de cocina y mosto, la excusa perfecta para visitar Trebujena y degustar este curioso plato.

Horneando el roscón de Reyes en La Trufa

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Se acercan fechas especiales para los reposteros. En La Trufa de Puerto Real es más especial si cabe, ya que la llegada de los Reyes Magos y el correspondiente roscón, son el motivo de su apertura el día 5 de enero. Los tres establecimientos de Puerto Real y el de Cádiz, vacían por un día sus expositores de palmeras y otros dulces para dar paso al roscón de reyes. Tales son las ganas que les ponen a esta fiesta, que preparan nada menos que 22  rellenos distintos, y dos tamaños, uno grande (de 1,4 kilos terminado) y uno más pequeño de unos cien gramos.

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Jose Luis Mel, finalizando uno de los encargos. | C.I.

Los días previos son una locura de manos, catorce en concreto, moviéndose a toda prisa para preparar la masa. El resultado debe ser muy bueno, ya que  prepararán unos 6.700 roscones en total. El joven equipo de La Trufa, encabezado por Francis Mel y su hermano José Luis, tiene cogido el ritmo de este obrador al que se mudaron el 2016. Un moderno horno ha sustituido al anterior, más rudimentario, pero hay cosas que no han cambiado desde los inicios, como el perol para freír y las recetas viejas recetas que Francis conserva y sigue. “Nunca pierdas tus raíces” es un consejo que le dieron a Francis y que aplica día a día en su trabajo. Antes contaban con un espacio más reducido, aún así tienen que hacer varios turnos para poder cubrir la gran demanda de roscones de reyes de La Trufa. Los clientes hacen cola esperando que se ponga a la venta este delicioso y exclusivo dulce que sólo se prueba una vez al año.

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La fruta escarchada es uno de los ingredientes imprescindibles del roscón de reyes. | C.I.

La receta del roscón es única, pero varía según quién la prepare. Francis Mel tiene su fórmula secreta, una mezcla líquida que añade a la masa y que inunda de olor cítrico el obrador. Una vez ‘boleada la masa’, se le añade la fruta y pasa a la fermentadora, donde a 30 grados y  una humedad del 70%,  sube y se prepara para ir al horno. Luego viene el relleno: nata, frambuesa, nocilla, turrón… Así hasta completar 22 sabores para satisfacer a todos los golosos. Este es el primer año que venderán roscones en su tienda de Cádiz, que abrió el pasado mes de abril. Curiosamente, es el único lugar donde les han encargado el roscón tradicional sin relleno alguno.

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Los hermanos Mel en el obrador de La Trufa. | C.I.

No puede faltar el haba, la sorpresa, la corona y la tarjeta en la que se explica la tradición. Todo eso va en una caja que este año estrena diseño propio con el logo y el característico color morado de La Trufa. Esta pastelería vio la luz en 2011, haciéndose realidad un sueño que tenía Francis Mel. Su ocupación desde los 16 años había sido cocinero, y por exigencias del trabajo tuvo que aprender pastelería. La curiosidad por saber cómo se hacían dulces como el tocino de cielo le llevaron a aumentar sus conocimiento y a firmar dulces como la Piñonera de Puerto Real, que ideó como producto típico de Puerto Real. Su hermano José Luis, formado en escuela de hostelería le acompaña en la empresa. A partir del lanzamiento de este dulce de piñones, la fama de La Trufa fue aumentando, y al local original de la calle Sagasta de Puerto Real se les ha unido tres puntos de venta, uno de ellos en la capital gaditana, donde comprar sus famosas palmeras hechas a mano.

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La Trufa tiene la mayor variedad de rellenos del mercado. | C.I.

Poco queda ya para disfrutar del roscón de reyes y de la ilusión de ese día. En La Trufa seguirán manos a la obra hasta el último minuto, también con ilusión y el toque de cariño que según Francis, le ponen a todos sus productos.

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Haba, sorpresa, corona… Detrás del roscón de reyes hay una tradición que explica la tarjeta que incluyen en las cajas. | C.I.

Las croquetas de nuestra vida

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Merece tener un día para celebrar su cremosidad. Porque hoy, 16 de enero, es el Día de la Croqueta, una fecha que se instauró en 2015 y que a todos les hace rememorar las croquetas de su vida. Las caseras, en la infancia, son las primeras que descubrimos. Las más sencillas, de jamón, de puchero. En ese momento no nos cuestionamos cómo se preparan, ni qué especias se les añade. El día que toca croquetas, es un buen día, sin más.

Adentrándonos en la croqueta de bar, el tema se complica. Los sabores se multiplican. Lo que era una bechamel con trocitos y cobertura crujiente puede ser una masa con patata, carne, verduras, pescado o incluso guisos (rabo de toro, chipirones en su tinta) o recetas con nombre propio. No tienen por qué tener forma alargada, también son redondas de forma indefinida e incluso, cuadradas. La innovación llegó al mundo de la croqueta para quedarse, pero también ha hecho de la receta tradicional patrimonio inmaterial a proteger.

Cuentan los cocineros expertos que para saber si un restaurante merece la pena hay que catar sus croquetas y su ensaladilla. Si ambas están buenas, hay vía libre para probar el resto de la carta. Se podría decir que la croqueta perfecta debe ser cremosa por dentro y crujiente por fuera, con el equilibrio perfecto entre masa y otros ingredientes, de los que además de su textura, hay que notar su sabor. El empanado queda firme, pero no dudo ni grueso en exceso, y no tener exceso de aceite tras freírlas.

Aunque su origen está entre Italia y Francia, es una receta muy española y gaditana. En Cádiz hay varias croquetas memorables. El Recreo Chico, en calle San José, es uno de los nuevos establecimientos que ha apostado por la versión más clásica. Sus ‘croquetas de la Juana’ están hechas de puchero, pero de un puchero de verdad, con todos sus avíos, y se nota.

Otro clásico son las croquetas de Casa Lazo (calle Barrié, Cádiz), con abundantes taquitos de jamón. En Bebo Los Vientos, caracterizado por una carta moderna, con mucha fusión, apuesta por la croqueta de puchero, estilo ropa vieja, con sus trocitos de zanahoria incluidos. Espectaculares los croquetones de La Candela (calle Feduchy), que desafían a la leyes físicas con una masa muy cremosa. Varían sus ingredientes según el día, sorprendiendo al comensal.

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Croqueta de La Juana de El Recreo Chico. | G.C.

Repasando las croquetas más innovadoras, rescatamos las croquemoles de El Arriate, en El Puerto, que fusiona la receta con el aguacate y un empanado muy crujiente . De ellas solo podemos acordarnos, porque no forma parte de la carta actual del restaurante. Las que sí se pueden degustar son las croquetas cremosas de gamba al ajillo de La Curiosidad de Mauro Barreiro en Cádiz), de sorprendente relleno por su sabor, color y presentación.

El listado de croquetas memorables es infinito. Es un plato gourmet y a la vez humilde, que no falta en casi ningún bar. Comparte con nosotros las croquetas que no olvidarás.

Y si quieres, celébralo lo esta receta de croquetas caseras de pollo.

¡Feliz día de la croqueta!

Comerse las palabras: José Antonio Barragán, maitre y sumiller

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Nació en Cádiz hace 32 años. A pesar de su juventud, cuenta con un extenso currículum forjado con grandes nombres de la gastronomía nacional. Ha ejercido como segundo maître en el ahora triestrellado Aponiente, de Ángel León; ha formado parte del equi- po de Tierra del desaparecido Santi Santamaría, restaurante galardonado con una estrella Michelin; del restaurante del cocinero cordobés en Valencia, Paco Morales y ha sido sumiller de Acánthum de Xanty Elías, en Huelva, también con una estrella. En esa etapa recibió el premio Al Andalus de la Federación Andaluza de Cofradías Vínicas y Gastronómica (FECOAN), como mejor jefe de sala de Andalucía. Ahora dirige la sala de Universo Santi en Jerez, un restaurante de alta cocina dedicado a la integra- ción laboral de personas con discapacidad. Es presidente y fundador de la Asociación de Sumilleres de Cádiz (ASC).

-¿Qué no falta en su cesta de la compra?

Últimamente alguna cerveza de exportación, hay un ‘boom’ de cervezas, y en cualquier sitio puedes adquirir muchas variedades distintas y «raras».

-¿Su bocadillo preferido?

Una barra de pan con filetes de pollo a la plancha con un chorro de fino o manzanilla, y mayonesa hecha en casa con tres dientes de ajo, que pique. Esa es mi perdición.

-Improvise una cena rápida.

Latas: melva, unos buenos mejillones, mojama de Barbate, picos o regañás de obrador. Como se suele decir, un cena de picoteo. Con una copa de oloroso o amontillado.

-Una moda gastronómica que no le guste.

El ‘hazlo tú mismo’. Hay una serie de productos que con la moda gastronómica se pueden hacer en casa. Me parece divertido e interesante, pero hay que tener en cuenta que no tienes ni idea.

-¿Qué hace si se derrama vino en la mesa?

Ante todo naturalidad: una buena sonrisa y un «no pasa nada, ojalá todo fuera eso». Se recoge y fuera. Se sirve mas vino y en caso de que el desastre sea catastrófico, les cambias de mesa.

-Un bar al que siempre vuelve.
Taberna La Manzanilla, para tomar vinos de Jerez y aceitunas. Un sitio con solera, con alma y con unos parroquianos a la altura.

-Un amigo entre sus colegas de profesión.
Mario Sola Sanz, sumiller y amigo. ¡Tanto hemos hecho juntos, hemos luchado, sufrido y tanto hemos bebido!

– ¿Qué plato que se está perdiendo rescataría?
La sopa de coliflor, una sopa caliente tradicio- nal del recetario gaditano pobre que hace mucho que no veo en ningún restaurante, sólo lo hacen madres y abuelas.

– Un ingrediente que no soporte.
El cilantro, es superior a mí. Se debe a que tra- bajé en un restaurante donde en la salida de personal había dos grandes plantas de cilantro, y ese olor se me quedó marcado.

– Un maridaje que le pierda, aunque sea incorrecto.
Cola Cao caliente con una cuchara de azúcar y galletas Campurrianas culminado con un migote de las mismas cuando queda menos de la mitad del Cola Cao.

– ¿Alguna comida preparada o industrial con la que disfrute?
El pincho donostiarra de Krissia, es un pequeño capricho.

– ¿Mejor frito, crudo o cocido?
Cocido, pero poco. Con sabor y jugoso. Ade- más, es sano. Hay que cuidarse.

– El mejor final dulce que recuerde.
La tarta de cumpleaños de Mugaritz, que simu- la lo que sobra después de una fiesta. Viene envuelto en un paño de cocina, y te cuentan que ellos lo celebraron anoche y que te han traído las sobras. ¡Genial!

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El joven gaditano es el actual jefe de sala del restaurante jerezano Universo Santi, dedicado a la integración laboral de personas con discapacidad. | F. JIMÉNEZ

Danilo Piteo: “En Galípoli me piden que les prepare tortillas de camarones”

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Danilo Piteo es un cocinero que se formó en el prestigioso Consorcio Escuela de Hostelería de Cádiz,  parte de la joven generación de alumnos que han revolucionado la cocina gaditana. Sus raíces están en Galípoli, Italia, pero se declara un enamorado de Cádiz, donde se ha criado y ahora ha abierto el restaurante Confusione, en la calle Buenos Aires de la capital gaditana. Ha trabajado en cocinas de diferentes partes del mundo. Algunas humildes otras tan sofisticadas como la del Celler de Can Roca, con tres estrellas Michelin . Ha formado par- te de La Chapelle de San Martin en Francia, Maxime en Mallorca, y también ha trabajado en los restau- rantes de Cádiz La Candela o La Curiosidad de Mauro, y junto a sus padres en la pizzería Michelangelo de la calle Abreu.

– ¿Cuándo llegó a España?

Vine a Madrid con mis padres cuando tenía siete años desde Galípoli, Italia. Son hosteleros y abrieron su primer restaurante en Madrid. En el año 2000 aproximadamente nos vinimos a la Sierra de Cádiz. Cuando conocimos la capital, nos recordó mucho a nuestra ciudad, y decidimos quedarnos.

– ¿La profesión de sus padres le llevó a querer ser cocinero?

Me he criado entre mesas y empecé ayudando en el restaurante de mi padre, Michelangelo, en la calle Abreu. Trabajando allí oí que del Consorcio Escuela de Hostelería de Cádiz salían muy buenos profesionales. Cursé mis estudios e hice prácticas en diferentes restaurantes. Era duro, pero mis padres me han ayudado mucho. En mi familia la cocina ha sido siempre muy importante.

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Uno de los platos italianos que Piteo prepara en su restaurante de calle Buenos Aires. | G.C.

– ¿Cuáles son sus primeros recuerdos de la cultura gastronómica italiana?

En casa de mis abuelos estaba muy presente. Mi abuelo tenía once hijos y además de trabajar en un hospital, hacia vinos y aceite de oliva. Vendía esos productos para salir adelante, y también los cambiaba por otras cosas que les hicieran falta. Recuerdo los tomates colgados en la casa para que se secaran, es una imagen muy típica de allí.

– ¿Qué plato gaditano e italiano son sus preferidos, de los que no puede prescindir?

Podría decir ruchos, pero de aquí, el puchero gana con diferencia. y de Italia la pasta. No me puede faltar nunca un plato de pasta.

– La cocina italiana debe tener mucha presencia en su manera de trabajar.

Tiene una influencia muy fuerte, sí. Es lo que quiero demostrar en Confusione con recetas como la frisa. Es un pan que se remoja en agua de mar al que se le pone atún de lata porque en Italia no tenemos atún fresco todo el año. Pero aquí sí, así que adaptaré la receta.

– ¿Hay más de cocina gaditana o italiana en Confusione?

El 90% de los ingredientes que utilizamos nos lo envían desde Italia, pero también hay algunos gaditanos, como la mezcla de queso de la Sierra de Cádiz que usamos en una de nuestras pizzas. Quiero hacer una cocina sin adaptaciones, que sea auténtica italiana.

– ¿Es muy complicado encontrar restaurantes italianos que sean fieles a su cocina?

Siempre se adapta a los gustos el país en el que se haga, no se es fiel a la realidad. Cuando mis padres llegaron a España, preparaban un aceite con ajo porque es un condimento y un sabor que está muy presente en la cocina de aquí. Pero he ido reflexionando sobre esa idea, y quiero ofrecer a la gente la verdadera cocina italiana que conozco.

– ¿Cómo es la carta de Confusione?

Se divide en tres bloques: tenemos seis anti- pasti, embutidos y quesos italianos al corte y al peso y las pizzas, que a su vez estarán diferenciadas en dos apartados. Serán tradicionales y algunas más elaboradas como la de salmón a baja temperatura. También tenemos platos fuera de carta. Ese será el punto de partida, y veremos a dónde puede llegar.

– ¿Irá evolucionando su oferta?

Espero que sí. Yo sé hacer pizza pero el verdadero maestro de la pizza napolitana, es mi padre. Queremos hacer una mezcla de pizza-cocina sin olvidarnos de lo tradicional, para satisfacer a las personas que buscan algo más clásico, pero también quieren probar algo diferente.

– ¿Qué más le hace diferente de otros restaurantes italianos?

Hemos querido eliminar la barrera de la cocina con el cliente. Tenemos una cocina abierta, a la vista, para dialogar con ellos y que nos encaucen. Los cocineros siempre hemos estado encerrados en la cocina, pero ahora queremos oír lo que tiene que decir el comensal.

– ¿Son las pizzas de aquí muy diferentes a las que se preparan en Italia?

Nosotros respetamos todas las formas de preparar pizza, pero es muy distinta. La gente que viaja a Italia y prueba pizzas que no le gustan nada, es porque lo que encuentran aquí no tie- ne nada que ver. Nuestra intención es hacerla sin enmascarar.

– ¿Prepara cocina gaditana a su familia cuando viaja a Italia?

Sí, en Gallipoli también hay pescado, pero no se hace frito como aquí. Cuando voy lo hago como en Cádiz. También me piden que les prepare tortillas de camarones.

Javier Cruz: “El cliente ideal es el que se deja aconsejar y se va de Sur con una sonrisa”

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Su pequeña taberna con sabores cruzados de Cádiz y Córdoba ha cumplido diez años en 2017. Abrió como una modesta apuesta por la cocina divertida y tradicional, tabernaria. Ahora, una década después, Vinos y Tapas Sur se ha convertido en un lugar clave por el que pasan cientos de clientes, reincidentes, por semana. En este tiempo, ha podido oír de todo. Le ha dado tiempo a sacar el master de psicología de barra. Nivel avanzado.

– ¿Hace en Sur la cocina que disfrutó en su casa?
Al basarse en la cocina tradicional, sí me deja traer la cocina casera de mi infancia.

–  ¿Es más de cocina o de barra?
Me gustan las dos. Pero eso sí, me gusta cocinar solo y atender a mucha gente.

–  En el 100% del éxito de un local ¿qué porcentaje es la cocina y qué porcentaje es la atención?
La cocina tiene un porcentaje un poco más alto que la sala pero, evidentemente, el fracaso llega en la dejadez de una de las dos.

– Confiese, algo bueno debe de tener la hostelería cuando tantos entran y tan pocos salen.
Tiene algo adictivo, por un lado es una profesión donde hay que echarle horas pero por otra parte, el trato con cliente diario y lo dinámica que es me gusta mucho.

– ¿Qué cree que ha hecho triunfar a Sur tantos años? ¿Qué les hace volver?
Sobre todo, la honestidad en su cocina, buena materia prima, buena relación entre calidad y precio y una pizarra de vinos en continuo movimiento.

– ¿De qué habla con los clientes?
Menos de política y de religión, de cualquier cosa.

– ¿Cómo es el cliente que más le gusta tratar? ¿Callado y discreto? ¿Alegre y hablador?
Para mí, el cliente ideal es el que se va contento, se deja aconsejar y se va de Sur con una sonrisa.

– ¿Ha visto broncas de pareja en su local? ¿Ha salvado alguna?
Alguna he visto pero inmediatamente, con un poco de capote, hemos apaciguado las aguas. A Sur se viene a estar tranquilo.

– ¿A qué cliente teme más, a los jóvenes osados, a los maduros sobrados, los mayores tiquismiquis, la confianza de los paisanos, la exigencia de los turistas…?
Sólo temo al cliente que entra con mal día y ni con el mejor servicio le puedes hacer cambiar, el que ya viene predispuesto a no disfrutar.

– ¿Alguien se cree todavía que el cliente siempre tiene la razón?
Evidentemente, no. A un bar o restaurante vas a disfrutar y a que te den un buen servicio. El servilismo debes buscarlo por otro lado.

Un clásico de diez años

Tras formarse en la Escuela de Hostelería la Alameda y foguearse en restaurantes de la trinchera turística, Arancha Rider y Javier Cruz decidieron lanzarse hace ahora diez años. Abrieron su pequeña gastrotaberna en la calle Fernández Ballesteros de Cádiz. Por entonces, una vía poco frecuentada. Ahora, convertida en imán para cocinas y grupos de primera línea: de Vélez (Come, Bebe y Calla) a 100 Montaditos pasando por la excelsa revelación de Aplomo. Arancha y Javi unieron la tradición mágica del recetario cordobés de ella con el carisma y el respeto por los vinos de él. El éxito llegó pronto y ya no quiso abandonar el local. En 2016, obtuvieron el Premio Gurmé al Bar de Cocina Arancha y Javier, con el Premio Gurmé 2016 Tradicional de la Bahía. Fue por votación popular, a través de internet, y triplicó los apoyos que obtuvo el segundo clasificado. Es decir, tienen el respaldo del respetable.

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Arancha Rider y Javier Cruz tras recibir el Premio Gurmé 2016. | G.C.

Un trozo de la cocina gaditana en San Sebastián

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Su nombre no da lugar a dudas: ‘El pescaíto de la Bahía de Cádiz’. Su carta, con ortiguillas, tortillas de camarones, patatas aliñadas, atún rojo… tampoco. Podría ser cualquier bar gaditano, pero no, está en uno de las capitales gastronómicas más importantes de España, San Sebastián.

Los responsables son dos jerezanos, el cocinero Íñigo Olmedo y Miguel Ángel García. Íñigo fue el primero en llegar a tierras vascas hace 13 años. Tras estudiar en la Escuela de Hostelería de Cádiz realizó prácticas con Martin Berasategui y otros afamados cocineros. En el Norte conoció a su pareja, comenzó una nueva etapa de su vida, y tal y como cuenta, allí se hizo cocinero. Los avatares de la crisis le llevaron a convencer a su amigo Miguel Ángel, ex trabajador de la banca, de que buscara una oportunidad de trabajo en el País Vasco. Tras un tiempo como camarero y bajo el acecho del paro, ambos vieron la oportunidad de plasmar una idea que les rondaba la cabeza, un restaurante que tuviera toda la esencia de la gastronomía gaditana. “Nos decían que estábamos locos”, cuenta Miguel Ángel. Atreverse a llevar una cocina foránea a un lugar que vive de su propia cultura gastronómica fue toda una aventura.

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Íñigo Olmedo y Miguel Ángel García, los jóvenes jerezanos propietarios de ‘El Pescaíto de la Bahía de Cádiz’. | CEDIDA

En 2015 nació ‘El pescaíto de la Bahía de Cádiz’ (Calle José María Sert Plaza, 2, San Sebastián) que un año después cambió de ubicación, conservando su clientela. Entre ellos, vascos que conocen bien Cádiz por ser su destino de vacaciones, y otros que se han acercado a la cocina del sur gracias a Íñigo y Miguel Ángel. “Tenemos al vecindario enganchado a los vinos de jerez”, cuentan. Entre sus habituales se cuentan, además, grandes figuras de la gastronomía como Andoni Luis Aduriz, chef de Mugaritz, Pedro Subijana de Akelarre y jugadores de la Real Sociedad.

El secreto del éxito del establecimiento es haber trasladado la autenticidad de la cocina de Cádiz. Semanalmente reciben pescado de Sanlúcar, Chipiona, y también Isla Cristina (Huelva), para configurar una oferta de pescado que hace sentir como en casa a cualquier gaditano, parte de una carta un 80% típica de Cádiz. Por si hubiese alguna duda, el local cuenta con un mural que explica el ronqueo del atún y el método de captura de la almadraba. Sus más de diez platos hechos con este pescado es otra muestra más de que Cádiz está muy presente.

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En su pared se explica el ronqueo del atún y la pesca en almadraba. | CEDIDA

Salmonetes, boquerones, langostinos y un plato creado por ellos, el pulpo a la gaditana. No falta el queso Payoyo, chicharrones de Chiclana, las albóndigas de pescado, la ensaladilla o la carrillada. Productos y recetas que le quedaría muy lejos al comensal vasco, de no ser por este rincón. Los vinos gaditanos, tienen amplia presencia en su selección con referencias de Huerta Albalá y Tierra Blanca. Para introducir los vinos de jerez, disponen de un menú maridado con vinos de Fernando de Castilla (Jerez) o Bodegas Barón (Sanlúcar).

Por todo ello Íñigo y Miguel Ángel se han convertido en embajadores de la gastronomía gaditana en San Sebastián. En la sala les acompaña Vicky, una gaditana oriunda del mismo barrio de La Viña. No es de extrañar que el establecimiento se haya hecho muy conocido. Aquellos que preguntan por Cádiz en San Sebastián, son enviados allí para degustar la cara más auténtica de su cocina.


Dónde puedo parar a tomar algo durante el Carnaval en Cádiz

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El Chicuco Cádiz

Es obvio. Mal momento para catar delicias, descubrir recetas centenarias o exquisiteces recién inventadas. Malos días para dar con rincones maravillosos en los que disfrutar de quietud, pausa y excelencia. Es tan mal sitio y tan mal momento como Pamplona en San Fermín, Sevilla en Feria de Abril o San Sebastián en la Semana Grande. Son jornadas de invasión y apreturas, de estrecheces y complicaciones. Conviene tenerlo en cuenta para que clientes y trabajadores, usuarios y profesionales, compartan paciencia y se hagan cargo de la situación. Con todo, pese a todo, un consejo: mejor buscar los sitios que nos gustan todo el año, pese a las limitaciones, que aventurarnos con experimentos cuando todos están exigidos.

El escenario tiene números que lo explican todo. La ciudad de Cádiz tiene unos 120.000 habitantes. De ellos, unos 40.000 viven en el casco antiguo. Según la Policía Local, que pone una serpentina plástica en el suelo para contar, en jornadas y veladas señaladas llegan entre 220.000 y 300.000 personas a ese centro histórico. Hacen falta pocas matemáticas. El diminuto espacio, cerrado por murallas, preso del mar, sin desahogos para coches o humanos, multiplica su población por tres, por seis, según las horas del sábado, del domingo, del lunes festivo local.

Es fácil entender que las calles están atestadas y los locales, de cualquier tipo, también. Algunos se blindan con barras y atienden solo a la calle. Otros, directamente, cierran. Son días complicados para disfrutar de una comida tranquila, sentados. Es posible la calma si el comensal se aleja del centro (hay otras grandes opciones en Extramuros, Paseo Marítimo, La Laguna…) o sabe encontrar fechas y horas adecuadas. Pero el mogollón es la norma, no nos engañemos. Vaya por delante para solicitar comprensión mutua, entre el atendido y el que atiende, el que disfruta y el que trabaja. Pero algo habrá que comer para buscar sin rumbo, pausa ni normas las chirigotas callejeras, para seguir carruseles de coros, para cantar y, sobre todo, escuchar. Es la fiesta de la palabra. Todo, hasta la comida y la bebida, están a su servicio. Puede que no sea el mejor momento del año para sacar conclusiones de ningún establecimiento, hay que saber dónde y sazonar cualquier plato con humor y paciencia. Aquí van pistas (por zonas) sólo del casco antiguo para tomar algo. Son orientativas y nadie se hace responsable de un posible chasco.

La Viña

Es el barrio carnavalesco por excelencia y, por tanto, el más visitado. Aún así, puede ser el más complicado para recomendar lugares en los que comer. Los maravillosos lugares que visitar todo el año, como Casa Manteca (preguntar por Corralón de los Carros) o El Faro (preguntar por calle San Félix), están atestados. Aún así, son siempre recomendables pero conviene saber que hay que enfrentarse a la multitud para llegar a la barra. Otros como La Tabernita (calle La Palma) directamente cierran hasta que pasa el tsunami. Puede ser una buena opción La Isleta (preguntar por Corralón de los Carros o plaza de la Reina, incluso por La Salle Viña, está a 20 metros). Es un local con vocación de multibar, horario amplio, oferta relativamente cuidada y extensa, en horario y opciones, con actuaciones, amplitud… Una buena idea.

La Tabernita

La Tabernita está en una de las zonas fuertes del carnaval. | G.C.

Palillero y Candelaria

El centro del centro, el meollo del casco antiguo. Aunque sea una plaza pequeña y diminuta, es el eje sobre el que gira toda esa zona esencial. En la calle Feduchy, es una opción segura y sabrosísima, internacional y divertida, La Candela. Para los clásicos que gustan de mesones resulta muy recomendable Casa Lazo, en la trasera de los Multicines El Centro (para preguntar por esa zona). Buen pescado frito y recetas andaluzas tradicionales, carnes y chacinas de calidad, con bodega respetable. Mucha madera, ya sabes. El entorno de la plaza de Candelaria es, quizás, el que más ha progresado en la ciudad en los últimos dos años. Sonámbulo es una de las mejores opciones, con una carta larga y ecléctica en la que mandan la calidad y la diversión. De carnes de La Janda a pescados de la Bahía con toques internacionales y detalles cosmopolitas deliciosos y divertidos. Casi lo mismo puede contarse de un local a menos de 50 metros, Código de Barra. Entre medias, un café romántico de los mejores de España, Royalty, con una carta de meriendas deliciosas (preguntar por los picatostes) y una cocina más que respetable para almuerzos y cenas. En ese mismo entorno, merece la pena preguntar por El Garbanzo Negro (al pie de la Torre Tavira, para preguntar) o La Tapería de Columela (en la calle homónima y con colas porque Tripadvisor lo tiene entre sus favoritos absolutos). Carta muy larga, con propuestas para todos los gustos, con especial cuidado de carnes y pescados. Para tapear de pie, en su extensa barra o sus mesas altas. Gran surtido de vinos, cervezas. Un punto de calidad en la elaboración que se agradece en días de bocadillo y apresuramiento. A tres pasos del Mercado Central, El Palillero, Candelaria, San Agustín… Es decir, estratégicamente situado.

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Código de Barra es una buena opción para los que busquen una cocina más gastronómica. | G.C.

Mendizábal (Vargas Ponce)

En esta zona también puede entrar La Candela (el casco antiguo de Cádiz es tan pequeño que cuesta dividirlo por áreas) pero manda la Taberna La Manzanilla, uno de los tabancos más hermosos de Andalucía y España. Sólo vinos generosos de Jerez y Sanlúcar, si pides Coca-Cola te miran mal._Sin cocina, sin más, sólo ese tesoro milenario en un entorno mágico. El Cañón es una buena opción para tapas y bocatas, como Las Nieves (otro local con más de cien años de vida) y El Callejón (entre Vargas Ponce y la calle Cristóbal Colón) que tiene una bodega muy curiosa, tanto como su cocina. Apenas a unos metros, en la calle San Francisco, está La Vaca Atada, una cafetería de cocina argentina con delicias para tomar y llevar, urbana e internacional, siempre deliciosa.

San Francisco y plaza de Mina

Muchos sibaritas de Cádiz, muchos cocineros profesionales, visitan con regularidad una pequeña taberna marinera llamada El Adobo (preguntar por esquina de las calles Rosario y Beato Diego) porque sostienen que es uno de los lugares en los que mejor se fríe el pescado. A veces tiene especies inusuales, como morena en adobo. Lugar fijo porque estos días es obligatorio probar pescado frito (intente huir del diminutivo manido) en Cádiz para cualquier visitante. Su decoración es de un costumbrismo sorprendente, como anclada en el tiempo. Tiene una agradable terraza en un callejón peatonal. En esa misma zona merece la pena probar con Casa Antonio (calle San Francisco, 3) si el cliente es afín al clasicismo, a las recetas eternas y las viandas de calidad. En el entorno de Mina, lo que quieran divertirse deben probar con Ultramar&nos (San José con Enrique de las Marinas) y ConFusione, un novísimo italiano exquisito (preguntar por calle Buenos Aires esquina a Calderón de la Barca) que suma la excelencia del recetario transalpino con el producto provincial. Para no perdérselo. En la calle Zorrilla, vía clásica para el tapeo local, conviene atreverse con Cumbres Mayores, un mesón de vocación serrana, puro jabugo con todo lo que eso supone.

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Cocina tradicional, con productos propios en Casa Antonio. | G.C.

San Antonio

La calle que conecta San Antonio, la del escenario principal, con la plaza del Mentidero es esencial. Allí está La Curiosidad de Mauro. No es habitual tener a un cocinero con estrella Michelin (la logró en Skina, en Málaga) en pleno centro de Cádiz, en un local rehabilitado. Sabor, creatividad y travesura en unas creaciones sorprendentes y, a menudo, memorables. Gran cuidado en el producto para convertir la tradición gastronómica local en atrevimiento puro. A precio razonable. Enfrente está Veedor, un clásico lleno de tortillas, cocina familiar, chacinas y buenos vinos. Apenas a unos metros, La Parra de Veedor ofrece un entorno encantador con recetario familiar. En la misma plaza de San Antonio conviene probar Casino y a unos metros (esquina de San José con Cervantes) El Recreo Chico, un rincón delicioso con su frito del día, su guiso del día y cocina tradicional revisada.

Plocia y San Juan de Dios

Una de las novedades del último otoño-invierno fue Salicornia (preguntar por calle Plocia). Una delicia de fusión entre producto, memoria gaditana y filia por la cocina asiática de la mano de Juan Höhr. A dos pasos de San Juan de Dios, que se convierte en un hormiguero durante los días grandes de Carnaval (sábado noche, domingo, lunes festivo local). Exquisitos también El Chicuco (plaza San Juan de Dios con Plocia) y El Lucero del Muelle (avenida del Puerto, frente al recinto portuario, en la parada de autobuses), como Garum y el gran templo de la cocina vasca en el centro de Cádiz, llamado Atxuri. En la calle paralela (Sopranis) está el restaurante del mismo nombre. Una delicia recomendada por todas las guías, de Repsol a Michelin, que ofrece un menú de Carnaval más que recomendable. En esa misma calle, La Rambla ofrece cocina de fusión gallego-andaluza en un entorno eterno, con azulejos viejunos y todo eso.

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En El Chicuco se pueden degustar vinos y tapas en plena plaza San Juan de Dios. | G.C.

Hoteles-Restaurantes para una escapada romántica en la provincia de Cádiz

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Por ser San Valentín, se dice que febrero es el mes de amor. Hay muchas formas de celebrarlo y otras tantas de no celebrarlo. En cualquier caso, hacer una escapada a un hotel con restaurante donde probar los mejores productos de la provincia, es un plan a tener en cuenta en cualquier época del año. Si se va en pareja, con intenciones románticas, las opciones están claras: vistas, tranquilidad y gastronomía para deleitarse. Esta es una selección de hoteles con restaurantes ideales para una escapada romántica en la provincia de Cádiz.

Hacienda El Rosalejo (Villamartín)

Las escapadas a la Sierra son siempre románticas, más aún en una imponente hacienda como la de El Rosalejo, un edificio del siglo XVIII. Su ubicación privilegiada e historia la convierten en un lugar en el que se disfruta simplemente con estar. A una cuidada decoración se le une el restaurante El Jardín, que cuenta con dos soles en la Guía Repsol. Tienen dos menús degustación y una carta que ejecuta su jefe de cocina David García. Su bodega es otro de los motivos para visitar El Rosalejo. Para el alojamiento han adaptado varios espacios de la finca, con 20 habitaciones llenas de detalles rurales y comodidades. Está próximo a Prado del Rey, Villmartín y El Bosque.

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El chef David García dirige la cocina del restaurante El Jardín de Hacienda El Rosalejo. | EL ROSALEJO

La Breña y Arohaz (Caños de Meca)

Cualquiera de los dos hoteles restaurantes de la zona, La Breña y Arohaz, son destino recomendado para unos días de relax en pareja. El entorno es uno de los motivos. Las playas de la zona son famosas en todo el mundo por su belleza. Disfrutarlas a todas las horas de el día es un lujo que nos podemos permitir, y complementarlo además con una gastronomía de calidad. La Breña está situado muy cerca de la playa, con una impresionantes vistas para contemplar el atardecer en el faro de Trafalgar. Sus siete habitaciones le dan un aire íntimo y exclusivo. En su restaurante, el joven cocinero barbateño Juan Viu, desarrolla una cocina tradicional con toques modernos y los valiosos productos de la zona. Preciosas vistas desde la terraza del restaurante. Arohaz sigue la misma filosofía, con seis habitaciones, y una cocina de producto fruto del trabajo del cocinero Rafael Flor.

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Vistas de la terraza del restaurante La Breña. | LA BREÑA

El Espejo Gastrobar y La Posada de Palacio (Sanlúcar)

En Sanlúcar hay mucho que ver y que comer. Para una ocasión especial en pareja, El Espejo resulta una opción diferente en un lugar lleno de encanto. En cualquiera de sus ambientes se puede disfrutar de una comida con identidad local, de temporada, que firma el cocinero José Luis Fernández Tallafigo. Como un día sabe a poco, compartiendo edificio del siglo XVIII, está La Posada de Palacio. Un alojamiento en el barrio alto de Sanlúcar donde hacer noche tras visitar la ciudad. Tienen 35 habitaciones, todas diferentes y con vistas a la calle.

El Espejo, Sanlúcar

El Patio de El Espejo es perfecto para veladas románticas con buen tiempo. | C.I.

Al Lago (Zahara de la Sierra)

Zahara de la Sierra es un lugar donde desconectar y disfrutar de unas espectaculares vistas. Si se visita con intenciones íntimas y gastronómicas, el hotel y restaurante Al Lago es el sitio. Su nombre se debe a la proximidad y vistas al lago artificial que baña la zona. Habitaciones totalmente equipadas, en un hotel muy valorado por parejas que se han alojado allí. A la hora de comer, el restaurante del mismo nombre, regentado por el cocinero norteamericano Stefan Crites, propone una cocina mediterránea reinterpretada con productos de la zona. La cocina de Al Lago se puede probar con un menú degustación de seis pases con opción de maridaje.

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Terraza con vistas al lago artificial de Zahara de la Sierra. | FACEBOOK

La Casa del Califa (Vejer)

Lugar elegido por muchos para pasar una velada romántica. La Casa del Califa tiene como reclamo una bonita decoración de estilo árabe, además de encontrarse en uno de los pueblos más bonitos de la provincia de Cádiz. Todas sus habitaciones, desde las suites a las clásicas, resultan acogedoras. La experiencia se completa con el restaurante El Jardín del Califa. Se trata de un antiguo granero del siglo XVI convertido en restaurante con varios espacios. Las mesas se reparten por el jardín, la pérgola, el comedor interior y un rincón muy especial, el aljibe, un reservado con capacidad para seis comensales. Como no podía ser de otra forma, su especialidad es la cocina marroquí. Cous cous, tagines, cordero… Son alguno de sus platos, que siguen una filosofía ecológica y de kilómetro cero.

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El restaurante El Jardín del Califa se divide en varios ambientes para cualquier ocasión. | EL CALIFA

Hotel y restaurante Antonio (Zahara de los Atunes)

El binomio hotel-restaurante es un concepto que manejan desde hace años en este establecimiento de Zahara de los Atunes. De nuevo en la costa, encontramos un lugar en el que descansar y probar productos de primera como el atún rojo de almadraba, seña de identidad de Zahara. El restaurante Antonio abrirá su temporada el 16 de febrero. El año pasado reformó por completo el local, para convertirlo en un lugar moderno, hecho a la medida del entorno marinero y de una cocina con el mismo toque. En el hotel, su luminosas habitaciones se convierten en el lugar perfecto para hacer una parada y cargar pilas para volver a recorrer sus playas y las calles del pueblo marinero.

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El restaurante Antonio de Zahara se ha convertido en un lugar moderno y adaptado al entorno. | FACEBOOK

4OjosWines, la pequeña bodega portuense escogida por Ángel León

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Cuatro ojos ven más que dos, pero en esta pequeña bodega portuense son seis para ver, paladear y oler. Olga Sánchez, Lucía Fuentes y Desirée Rodríguez son las tres emprendedoras tras 4OjosWines, un proyecto nacido hace dos años de su pasión común por el vino. Coincidieron cursando el Grado de Viticultura y, como salida laboral, decidieron tomar el camino más arriesgado, el sueño de muchos, llevado a la realidad por no tantos: elaborar sus propios vinos. Y así, en una nave de 90 metros cuadrados en el vivero de empresas del polígono Las Salinas, van dando forma a sus cuatro marcas, siempre con un punto de innovación con respecto a lo que hay en el mercado. Con el valor añadido de estar todo hecho artesanalmente por ellas, parte de la vendimia incluida, en la preparación de las 5.000 botellas de producción total por cada temporada.

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Tres vinos blancos y un tinto forman el catálogo de 4OjosWines. Se le suma otro más que se estrenará en la nueva temporada de Aponiente. | G.C.

‘Contratiempo’ fue el primero, un vino seco hecho con uva moscatel, siendo pioneras en romper con la costumbre de hacer vinos dulces con esta variedad. Con uvas de viña La Blanquita en el Pago de Balbaina (El Puerto), y no pocas dificultades consiguieron conquistar en una cata a ciegas al mismísimo Ángel León y el equipo de sumillería de Aponiente, donde Lucía trabaja en sala. De hecho, para la próxima temporada de Aponiente han elaborado un vino especial que sólo se servirá en el restaurante de tres estrellas Michelin. Algo de lo que hasta hora sólo podía presumir la bodega Lustau con el fino en rama y el amontillado Yodo. Los detalles son secretos hasta la reapertura del molino de mareas de El Caño el 8 de marzo.

Todos los nombres de los vinos de 4OjosWines tiene su por qué: “Además de ir contra los tiempos, siempre nos ha surgido algún problema durante la elaboración”. Ya es parte del carácter de ‘Contratiempo’, que consigue superar las dificultades y posicionarse en los mejores restaurantes. ‘Molinero’ es otro de sus blancos, también un vino seco de moscatel con crianza sobre lías, que debe su nombre a la profesora del IES Santo Domingo, Araceli Molinero. Tres meses bajo velo de flor son los responsables de otro blanco, ‘Desvelado’. A estas tres referencias se une ‘A Pulso’, su primer vino tinto elaborado con la variedad syrah, de Parrilla Alta en San José del Valle. De nuevo vuelven a marcar la diferencia, a “encontrar el hueco”, como ellas mismas dicen, sacando al mercado el primer vino con maceración carbónica de la provincia de Cádiz, aunque han conseguido que los matices en boca tengan más cuerpo que los que habitualmente se realizan bajo esta técnica.

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Olga Sánchez, Lucía Fuentes y Desirée Rodríguez forman 4OjosWines. | G.C.

En mente, muchos proyectos. “Esto es un vicio”, cuentan. Entre ellos, hacer algo con tintilla de Rota (lugar de nacimiento de Lucía) e incluso vinos generosos, aunque antes les queda mucho camino por recorrer hasta agotar todas las posibilidades de los vinos tranquilos. Además de la buena acogida de los restaurantes, reciben gran apoyo de compañeros como Juan Ruiz Henestrosa, Ramiro Ibañez o la bodega portuense Forlong. Ser tres mujeres en un mundo tradicionalmente de hombres no ha supuesto una barrera, aunque es una circunstancia que le sigue resultando peculiar a algunas personas.

Los frutos del duro trabajo de la bodega van dando cada vez más satisfacciones a las tres gaditanas. Ahora quieren acercarse más al cliente, que las conozcan y sepan la historia detrás de cada uno de sus vinos y los que estén por llegar.

Paqui Márquez, la sonrisa de Código de Barra

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Es la sonrisa que recibe a los clientes en Código de Barra desde su apertura. También lo hacía en La Cigüeña, el primer restaurante que montó junto al cocinero holandés Leon Griffioen en Cádiz. Paqui Márquez llegó al mundo de la hostelería para quedarse por caprichos del destino, impulsada por Leon, y por su pasión hacia el mundo de los vinos y el trato con el cliente.

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Paqui y Leon, regentan el restaurante Código de Barra. | G.C.

Su profesión nada tenía que ver con la sala de un restaurante. La informática ocupaba entonces su tiempo, aunque habíatenido alguna experiencia detrás de la barra en uno de los primeros establecimientos de cocina rápida de una cadena americana que abrieron en Cádiz: «Fue una mala experiencia. Por aquello tuve mucho tiempo asi- milado que no me dedicaría a la hostelería». Decidió hacer un descanso de pantallas y teclados y trasladarse a Londres para mejorar su inglés. Allí conoció al que es hoy su pareja Leon Griffioen, que ejercía como cocinero en la ciudad.

Paqui comenzó a trabajar en el restaurante londinense ‘Four Seasons’, en el que se encargaba de recibir a los clientes y ofrecerles un aperitivo. Muchos le pedían «Dry Sherry», sin saber que lo que demandaban era una copa de Tío Pepe, algo tan familiar en su tierra. Fue entonces cuando comenzó a interesarse por el vino: «Me di cuenta de que este mundillo me gustaba. En Londres iba a catas para ampliar mis conocimientos. No había muchas sobre vinos españoles, pero sí sobre referencias francesas, australianas, o sudamericanas».

De vuelta a Cádiz su ciudad natal, la vida le depararía otra sorpresa. Paqui estaba decidida a retomar su trabajo en el sector informático. En aquél entonces Leon encontró un local en la calle Plocia. Él la implicó en el proyecto casi por sorpresa, pero no le costó mucho convencerla. La sala se convirtió en su territorio y se dedicó a seleccionar los vinos que acom- pañarían a la innovadora cocina de Griffioen. En Código de Barra (plaza de Candelaria) ambos siguen formando un tándem perfecto, donde el servicio es alabado por los comensales: «Queremos que se sientan cómodos desde que entran». Lo consiguen, entre otras cosas, anticipándose a sus peticiones y reacciones, normalmente de sorpresa, cuando prueban creaciones como las aceitunas del aperitivo.

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Paqui dirige la sala de Código de Barra y es la responsable de su carta de vinos. | G.C.

Paqui ha visto la evolución de la clientela de restaurante en los últimos años: «Hoy se dejan aconsejar más. Tienen la mente más abierta, quieren conectar». También en cuanto a vinos. Código de Barra cuenta con una selección de vinos poco habituales, al mismo nivel que la cocina del restaurante: «Buscamos vinos alternativos, y también potenciamos los jereces». Toda esa pasión y trabajo duro se convierte en orgullo cuando ella y el equipo de Código de Barra despiden a unos clientes satisfechos. Algunos se convierten en amigos, y otros, todos, repiten la experiencia.

Es tiempo de torrijas: dónde probarlas en Cádiz

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La Cuaresma y la Semana Santa trae consigo exquisitos platos salados y dulces. Recetas sin carne con el bacalao y las verduras como protagonistas, o roscos, arroz con leche o las famosas torrijas. Este último es un dulce muy presente en la provincia de Cádiz y Andalucía. Su origen no está claro, ya que tiene similitudes con las tostadas. En España, las primeras referencias a la torrija que se han encontrado datan del siglo XV. Como otras tantas recetas que han sobrevivido al tiempo, tiene como utilidad el aprovechamiento del pan duro. Mezcladas con el huevo, el vino o la leche y la miel, se da forma a este dulce de temporada.

Si bien la receta tradicional de las torrijas es la más fácil de encontrar, también ha sido objeto de innovación formando parte de recetas saladas, como sabor de un helado, o como postre en restaurantes de la provincia como Código de Barra, A Plomo o Venta Melchor.

Una combinación simple de ingredientes, pero con tantas versiones como personas que la preparan. Cada una le da su toque, variando en cantidad de ingredientes, especias o tipo de vino, eso sí, imprescindible que sea vino de jerez. Estos son algunos de los establecimientos donde comprar unas ricas torrijas en la provincia de Cádiz.

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Antonia Butrón (Cádiz/San Fernando/Chiclana)

La repostera guardaba esta receta para su familia, hasta que un día el olor llegó a la panadería que regentaba su familia, y un cliente pidió probarlas. Entonces se convirtió en un dulce más que comprar en el obrador de Antonia Butrón. Presumen de utilizar miel de grazalema, vino de Chiclana y pan de tipo barra gallega. Además de las tradicionales, crearon las torrijas de naranja e incluso se aventuraron en 2013 a prepararlas acompañadas de chocolate y crema pastelera.

La Rosa de Oro (Jerez)

No podía faltar en una de las pastelerías más famosas de Jerez. La Rosa de Oro incorpora en fechas de Cuaresma su receta de torrijas, caracterizadas por tener el toque justo de vino de González Byass y miel del Rancho Cortesano, también en Jerez. Otro de sus trucos consiste en utilizar un pan especial tipo pan de molde en rebanadas no muy gruesas y freírlas en aceite de girasol.

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La Trufa (Puerto Real/Cádiz)

Los hermanos Mel han sabido darle un toque personal y único a sus recetas. . Han conseguido el más difícil todavía, conquistar el paladar de los más puristas, también con las torrijas añadiéndole una cobertura de chocolate y un toque de vino dulce. El equilibro perfecto de sabores. Sus clientes podrán degustar las tradicionales de  miel, las de azúcar y canela y las de chocolate,  tanto negro, con leche o con chocolate blanco.

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Panadería Fernando y Gonzalo Damián (Puerto Real)

Uno de los obradores de pan más afamados de Puerto Real no podía ser menos recomendado por sus torrijas. En estas fechas, las torrijas se hacen un hueco entre barras, molletes y bollería. El pan del molde es el origen de esta receta que conquista a quien la prueba. La miel baña cada una de las rebanadas de aspecto dorado y jugoso. Todo un ejemplo de receta tradicional que han querido mantener desde 1985 los sucesores de Andrés Damián.torrija-holandesa

La Holandesa (Jerez)

Si las palmeras han ido sumando novedosos sabores con éxito, la pastelería La Holandesa llegó a la conclusión de que podría ocurrir lo mismo con las efímeras torrijas. El año pasado dieron forma a variedades como la torrija ‘Manuela’, con una cobertura de chocolate con leche, avellana y  mandarina; de tarta de la abuela; de vainilla, caramelo y cacahuete; o las torrijas ‘Leticia’ con fresas, chocolate blanco y almendras. Las tradicionales de azúcar y miel siguen estando en sus vitrinas.

Otros lugares donde probar torrijas:

CÁDIZ

FabriPan (Calle Pintor Zuloaga, 22)
La Artesana (Calle Pintor Clemente de Torres, 8 / C/ Medina Sidonia esquina con San Mateo)
Don Pan (Avd. Ana de Viya, 44)

SAN FERNANDO

Panaderia la Artesana Isleña (Avd. Reyes Catolicos, 19)

EL PUERTO

Dulce Pasión (Calle Antillas, 2)
Confitería La Merced (Calle Ganado, 46)
La Divina Pastora (Calle Ganado, 34)
Convento de las Concepcionistas (calle Larga)

JEREZ

El Artesano (Avd. del Mediterráneo, 4)
Los Tres Reyes (Calle San Agustín, 5)
El Portal (Plaza Madre de Dios, 2)

UBRIQUE

Pastelería Rosi (Avd. de España, 42)
Pastelería Artesanal La Nave (Plaza de los Ejércitos Españoles, 6)

Aprende cómo preparar la receta tradicional de torrijas paso a paso

Sopas ‘cocías’ de Benamahoma para saborear la Sierra de Cádiz

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Las tradicionales sopas cocías de Benamahoma son un ejemplo del gran valor cultural de la gastronomía. Un año más, ya cuentan el séptimo, la Asociación de Moros y Cristianos de Benamahoma en colaboración con el ayuntamiento de Grazalema-Benamahoma, organizaron el concurso de cocina donde el papel protagonista lo tiene esta receta de la huerta y sus cocineros. Son ellos los herederos de un legado sencillo, hecho con pan duro, que habla de la historia de la comarca y de sus habitantes.

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Vecinos y visitantes se reunieron en la plaza del ayuntamiento de Benamahoma el pasado sábado. | C.I.

Este año el concurso ha contado con 21 participantes, seis de ellos de Benamahoma. El resto de otras localidades de la provincia de Cádiz, como Jerez, y también de Lebrija y Dos Hermanas. Cada uno de ellos prepararon su versión de las sopas cocidas. Este plato tiene su origen en el campo, siendo una comida propia de sus trabajadores. La base de la receta es el pan duro, ajo y aceite, al que se le pueden añadir espárragos, setas, patatas, chorizo, pimientos, frutos secos… Cualquier ingrediente tiene cabida en este concurso, siempre y cuando se prepare en público en una candela de leña y en cantidad suficiente para ofrecer una degustación. Competirán para conseguir uno de los tres primeros puestos de mejor sopa cocida, o la de mejor presentación.

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La Asociación de Moros y Cristianos de Benamahoma organiza el concurso y prepara dos sopas cocidas para su degustación. | C.I.

Sobre las doce de la mañana los primeros participantes acudían a la plaza del ayuntamiento para comenzar los preparativos. Encender el fuego, cortar los ingredientes, hacer sofritos… Entre tanto, para distraer el hambre mientras que llega el momento de comer las sopas, muchos de ellos sacan tortillas, chacinas, que comparten entre los cocineros y sus acompañantes. La Asociación de Moros y Cristianos instala una barra donde comprar montaditos y bebidas. Ellos también preparan dos grandes sopas con ingredientes de la zona.

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Cada participante adapta la receta tradicional con todo tipo de ingredientes. | C.I.

Herófilo, a sus 84 años, es uno de los participantes más veteranos del concurso. Viene desde Prado del Rey para formar parte por segunda vez en la competición. Cuenta que el año pasado se hizo con el tercer premio y el primero en otra concurso que se hizo en su pueblo. Nos desvela todos los ingredientes de su receta, eso sí, el resultado fue uno de los más sabrosos. Como la presentación es otra de las categorías a valorar por los miembros del jurado, formado por representantes de las asociaciones locales, los concursantes se afanan en decorar la mesa y elegir detalles como cuencos de corcho,  lebrillos de cerámica o verduras. Poco a poco la plaza se va llenando de olor a guiso y las sopas van tomando forma tras añadir el pan y remover. La consistencia espesa que hace que el nombre de “sopa” resulte confuso a quienes desconozcan este plato, hace también que sea preciso darle la vuelta como una tortilla para que se dore por ambos lados.

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La preparación de la sopa se hace en público, en una candela de leña. | C.I.

El jurado hace una cata a ciegas de cada una de las sopas que entran en concurso. Tras probar todas las propuestas, el primer premio fue para un lebrijano, Manuel Ruiz, mientras que Pastora González, de Benamahoma, se alzó como la ganadora de la mejor presentación. Antes de dar a conocer los ganadores, comienza la degustación de todas las sopas cocías a concurso y las de la asociación. El público pueda valorar la pericia de cada cocinero para hacer algo diferente y rico de una misma receta. Así la Asociación de Moros y Cristianos, no sólo celebró las tradiciones locales a través de la gastronomía, también ofrecer un aliciente más al visitante de los hermosos parajes de la Sierra de Cádiz.

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La mejor presentación también es premiada por el jurado. | C.I.

Concurso de migas en Ubrique

El próximo 3 de marzo, otro municipio serrano celebrará un concurso de cocina ligado a la tradición. La Asociación de Vecinos Coto de Mulera de Ubrique organiza el concurso local de migas o sopas de pan. Cada uno de los participantes deberá utilizar dos kilos de pan, además de aceite de oliva, tomates, pimientos, cebollas y ajos que aporta la organización. A estos se le suma el resto de ingredientes que cada participante quiera usar. Un jurado compuesto por seis personas será el encargado de otorgar tres premios a las tres mejores migas. Los ganadores recibirán un pero y un lote de productos.

El día libre de La Candela

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Hace ahora cinco años que crearon escuela cuando tenían edad de ser alumnos. Precoces e inquietos, Carmen Adán y Víctor Piñero abrieron las puertas de La Candela en el centro de Cádiz sin saber que se convertirían en eso que los modernos llaman «tendencia». Abrieron caminos. Antes, habían recorrido muchos. Durante su fase de formación, con base en la Escuela de Hostelería de Cádiz, ya quisieron hacer prácticas por medio mundo. Trabajaron, como muchos, en restaurantes de Barcelona y Madrid pero quisieron ir donde pocos se aventuran, más allá y probaron suerte en Pekín o en Noruega. Muchos meses en cada lugar, suficiente para que les quedase un poso ecléctico y cosmopolita, viajero y viajado, que aplicaron a su buhardilla a ras de calle. La Candela es uno de los locales de Cádiz en los que más cuesta encontrar mesa desde entonces. Aún así, encuentran ratos para disfrutar y relajarse, visitar locales que les gustan y probar sabores de otros. Confiesan algunos, unos pocos.

Ruta para perderse por Cádiz

En cuanto pueden, se escapan «para hacer una pequeña ruta por el centro. El punto de encuentro es la Taberna La Manzanilla (calle Feduchy, Cádiz).  Yo siempre pido un vermú de Pepe. Carmen, amontillado, mientras escuchamos una masterclass de vinos de Jerez», detalla Víctor. Para el primer bocado, el recorrido suele dirigirse hacia el bar El Callejón (entre plaza Mendizábal y calle Cristóbal Colón, en Cádiz) donde siempre cae una sardina marinada». Para ese momento del aperitivo y la tapa, también hay otra escala frecuente: «En la taberna La Sorpresa (calle Arbolí, Cádiz) nos dejamos llevar… Gildas, atún, mejillones». Por cuestión de cercanía y por su hábito de comprar casi a diario en el Mercado Central de Abastos, es frecuente que acaben recorriendo sus puestos «con el solecito en la cara». Más allá del casco antiguo de Cádiz, cuando el tiempo acompaña, que por aquí es casi siempre, buscan la playa: «Un sitio que nos gusta mucho es el Bebo los Vientos (Playa de la Victoria frente a calle José García-Agulló, Cádiz). Descansamos sen- tados en su terraza, con esas vistas y el chico jugando en la arena», confiesa Carmen Adán con su sonrisa perenne. «Cuando vamos a San Fernando, una parada obligatoria es DeJavier Abacería (calle Real, 95 en San Fernando), para terminar comiendo en DeJavier Tapería (calle Real 58, San Fernando)». Cuando hay más tiempo y ganas de algu- nos kilómetros, «las rutas de ventas son el plan que más nos gusta, en Alcalá de los Gazules, Venta Caracena tiene unos guisos increíbles mientras disfrutas del un buen día de campo». Pero como hay vida, y mucha, más allá de la mesa, el mantel y la cocina, tratan de buscar algún «plan alternativo a la gastronomía, llenamos la mochila de bocatas y hacemos alguna ruta de senderismo. Facilita, que siempre vamos cargados de niños, de El Bosque a Benamahoma, por ejemplo».

Pronto y bien

Pioneros influyentes hay algunos. Profesionales precoces, también. Pero reunir todas esas condiciones al tiempo es, cuando menos, infrecuente. Carmen Adán y Víctor Piñero fueron de los primeros frutos del baby boom de la Escuela de Hostelería de Cádiz en la década anterior. De aquel grupo de grandes cocineros y jefas de sala con menos de 30 años han salido algunos de los más felices establecimientos de la actualidad. Ellos dos, pareja desde adolescentes, se atrevieron de los primeros, en 2012 y en Cádiz cuando otros compañeros de promoción miraban más a la provincia. Ahora, casi todo el grupo se ha reunido sin pretenderlo en el centro histórico gaditano. Para alegría de comensales.


Siete novedades de Aponiente para la temporada 2018

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Ángel León

Aponiente inicia una nueva travesía con más estrellas que nunca. Tras tres meses de cierre por final de temporada, el restaurante capitaneado por Ángel León regresa el 8 de marzo con la reciente emoción de haber hecho historia, de hacerse merecedor de la tercera estrella Michelin. “Es el momento de hacer cosas que sólo ocurran en Aponiente”, anunciaba el Chef del Mar en una entrevista a GURMÉ CÁDIZ, días después de recibir la distinción. Esa revolución comienza por un equipo de cocina con nuevos fichajes, nuevos platos  y nuevas experiencia.

1. David Chamorro, para el equipo de I+D

En la cocina de Aponiente, junto a Ángel León, estarán Luis Callealta como jefe de cocina y Alan Iglesias, que llega de Alevante,  como segundo de cocina. En el apartado de I+D, muy importante en Aponiente, estará el joven cocinero David Chamorro. En enero se anunciaba que el riojano dejaba su trabajo en el restaurante Trivio (Cuenca), para instalarse en el sur y formar parte de proyectos como hacer comestible el caparazón de los crustáceos.

2. Cochinillo de mar

Según anuncia el restaurante, vuelven a abrirse al mundo para interpretar con su “marinera mirada” platos tradicionales como el cochinillo de Cándido, algo que ya demostró con una morena rellena en su intervención en la última edición de Madrid Fusión. A partir de la idea de rellenar y coser pollos, técnica habitual de la cocina francesa, el equipo de Aponiente experimentó con una morena secada al sol a la que quitaron las espinas. El resultado levantó al público del encuentro gastronómico. Ahora serán los clientes quienes juzguen el resultado.

3. Tabla de quesos marinos

Los dos menús de Aponiente incluirán una tabla de quesos marinos. Unos quesos “que aúnan investigación y artesanía y que se han tirado al mar junto con los principales productos de la casa y del entorno como pueden ser el choco y el plancton”. Ángel León ya manejó este concepto hace unos cinco años con una especie de burrata. El aceite de alga es otro producto inédito que utilizarán en la cocina del chef del mar..

4. La chimenea del molino 

El chef del Mar también se atreverá a versionar la tanjia marroquí, haciendo de ella una tanjia marina. La preparará en la vieja chimenea del molino de mareas, que se ha recuperado las obras realizadas estos tres meses. El cocinero ha hecho pública una imagen de la parrilla y las brasas de este nuevo elemento, que dará un toque cálido al ambiente marino del restaurante portuense.

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Chimenea recuperada del molino de El Caño. | TWITTER

5. Secadero para sus embutidos marinos

Sus famosos embutidos del mar formarán parte de otra de las novedades, ya que contarán con su propio secadero, donde, como explican desde el propio restaurante “el comensal podrá seleccionar como si de una charcutería se tratara, varias referencias de las que desee degustar”.

6. Bioluminiscencia para todos

Observar y beber la luz del mar fue una de las primicias del año 2017. Bucear en esta experiencia suponía un coste adicional que se sumaba al precio del menú. Los comensales podían elegir esta opción o no. En la temporada que comienza, todos van a poder disfrutar de este descubrimiento, fruto de la curiosidad Ángel León y de las investigaciones que inspira.
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7. Vajilla del fondo del mar

Las novedades no se quedan en los fogones de Aponiente. Parte de la vajilla que estrenarán en la nueva temporada ha sido desvelada por el cocinero en redes sociales. Ha enseñado  unas jarras que simulan haber estado sumergidas en el fondo del mar, con detalles como las llamadas bellotas de mar, un crustáceo que se adhiere a diferentes superficies.

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Nueva vajilla de Aponiente. | TWITTER

8. Vino exclusivo de 4ojosWines

Afirman que Juan Ruiz-Henestrosa, director de Sala y Sumiller, se ha sumergido junto con su equipo  entre cascos de bodegas del marco y viñas para intervenir en la elaboración y selección de vinos inéditos buscando perfiles auténticos y originales. Uno de esos vinos es una creación de la bodega portuense 4ojoswines, liderada por tres mujeres amantes del mundo del vino que apuestan por marcar la diferencia con otras referencias del mercado. El nombre y el diseño de este vino exclusivo de Aponiente es aún un secreto. Aponiente ya cuenta con otros dos vinos hechos a medida de su cocina bajo la marca Yodo, seleccionados en las bodegas Lustau.

Antonio Gallardo: “Quiero que el Malagueño siga igual que hasta ahora”

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En el barrio más antiguo de Cádiz, entre dos catedrales y junto a un teatro romano, existe un rincón con identidad propia que ha visto lo mejor y lo peor del Pópulo.

Antonio Gallardo, alma del bar Malagueño, anunciaba hace tan sólo unos días que tiene la intención de traspasar el negocio una vez que pase la Semana Santa. Desde entonces, ha sido inevitable elucubrar sobre cuál será el futuro más próximo de este establecimiento que se ha convertido en todo un símbolo que representa mucho más que un barrio.

Antonio muestra orgulloso algunas fotos de famosos que han pasado por el bar

Antonio muestra orgulloso algunas fotos de famosos que han pasado por el bar

-¿Cuál es la historia del bar Malagueño?

El Malagueño nació hace ahora 55 años de la mano de mi padre, Paco ‘el malagueño’, que se hizo con este local en el que, antiguamente, se vendía carbón para los hogares. Lo fue ampliando en los años sesenta y setenta hasta llegar a lo que es hoy. Él lo regentó hasta el año 2000, cuando falleció, y entonces nosotros nos hicimos cargo del bar junto a mi madre Antonia que empezó a hacer sus clásicas albóndigas en salsa, la tapa estrella del bar, que ha sido premiada en la ruta de la tapa. Ella nos dejó hace tres años y el testigo lo recogió mi hermana Paloma, que sigue haciendo las albóndigas para deleite de nuestra clientela.

Las famosas albóndigas en salsa del bar Malagueño | Manuel Sánchez Quijano

Las famosas albóndigas en salsa del bar Malagueño | Manuel Sánchez Quijano

-El bar ha sido testigo de la transformación del barrio…

Sí, el Pópulo ha vivido momentos muy duros con problemas de drogas e infravivienda. Yo desde muy joven he estado muy implicado en movimientos asociativos del barrio, he sido incluso presidente de la asociación de vecinos y he luchado mucho para erradicar la droga en estas calles. A principios de los años 2000 se puso en marcha un plan municipal para revitalizar el barrio impulsando la hostelería y la artesanía. Varios hosteleros creamos una asociación desde la cual organizamos múltiples actividades para dar otra vida al barrio, trajimos las agrupaciones ilegales en Carnaval, celebramos el Día del Orgullo Gay, la Fiesta de la Cerveza… Se le ha dado un giro total hasta el punto de ser una de las zonas de moda para venir a tapear o tomar una copa.

-¿Por qué decide traspasar el negocio?

Yo tengo una lesión de cadera desde hace ya varios años y una rotura de peroné que no me permiten mantener este ritmo de trabajo en la hostelería. Necesito reposo. Yo ya no puedo cargar con un barril de cerveza por ejemplo. Por eso he tenido que tomar esta decisión. El negocio va bien, no tiene problemas económicos. Tiene su marca propia y quien lo coja sabe que es un local emblemático en el barrio.

Junto al cocinero del Malagueño, Juan Antonio Rodríguez 'Willy'

Junto al cocinero del Malagueño, Juan Antonio Rodríguez ‘Willy’

-¿Qué ocurrirá con el Malagueño a partir de ahora?

Pues yo quiero que todo siga igual que hasta ahora porque el nombre ya está hecho. El local se traspasa tal cual, con el mismo personal, el mismo cocinero. Ya hay varias personas interesadas porque el negocio, como te digo, funciona muy bien. En verano llegamos a tener por lo menos siete u ocho mesas en espera. Estamos en un lugar privilegiado, en el barrio más antiguo, entre dos catedrales y junto al teatro romano. La gente conoce la calidad del producto, porque las tapas son caseras al cien por cien. El bar es muy conocido tanto dentro como fuera de Cádiz, incluso vienen algunos famosos como Pasión Vega, Manuel Carrasco, el actor Víctor Clavijo o mi adorada Ana Torroja. A mi me da pena dejarlo por la memoria histórica de mi familia pero se trata de una etapa de mi vida que ya pasó.

Tabanco San Pablo, cuatro generaciones mantienen la esencia de Jerez

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El olor a vino mezclado con la madera vieja de los barriles y las paredes repletas de fotos en blanco y negro nos revelan, nada más entrar, que estamos en un lugar con historia. Decir tabanco es decir Jerez en estado puro, es decir flamenco, vasos cortos de oloroso, moscatel o solera.

En pleno corazón del barrio de San Miguel, en la calle San Pablo número 12, abrió sus puertas este despacho de vinos en 1934 de la mano de Manuel Muñoz Peña, el tío Manuel, gracias a un premio de 6.000 pesetas que ganó en la lotería. Así comienza Jesús Muñoz el relato de cómo nació este rincón que ahora regenta junto a su hermano Juan Manuel. Ellos representan la tercera generación de esta saga familiar que tendrá continiudad gracias al joven Pablo Muñoz que ya aprende el oficio detrás de la barra.

José Manuel, Pablo y Jesús. Tercera y cuarta generación en el negocio

Juan Manuel, Pablo y Jesús, tercera y cuarta generación en el negocio

“El tío Manuel era una persona muy peculiar” nos cuenta Jesús recordando anécdotas familiares. “Él venía, abría su negocio, se ponía su delantal y se sentaba fuera en la puerta. Y cuando llegaba un cliente y le pedía una copita, Manuel decía: espérate que venga otro que yo por uno no me levanto”. Es una muestra de cómo era la vida en aquella época “entonces no había tanto estrés ni tanta presión como ahora. Entonces la gente se esperaba. Eso hoy en día sería impensable”.

Una imagen del tío Manuel, fundador del tabanco

Una imagen del tío Manuel, fundador del tabanco

Para Jesús y Juan Manuel es todo un orgullo seguir adelante con la tradición familiar. “Tomar el testigo del tío Manuel y de nuestro padre nos crea un sentido de pertenencia que conlleva una responsabilidad enorme. De las paredes cuelgan fotos que recuerdan toda esa andadura, desde la fundación del negocio, y nosotros estamos muy agradecidos por todo ello”.

En sus orígenes, el tabanco sólo vendía vino y muchas personas acudían entonces para llenar sus garrafas ya que, además de tomarse en la barra, también se vendía a granel. La primera transformación del local llegó de la mano del sobrino de Manuel, Atanasio Muñoz Ríos, ‘el Nene’, padre de Jesús y Juan Manuel, que se hizo cargo del negocio cuando murió su tío en la década de los setenta. “Nuestro padre le dio otra ideología al tabanco, comenzó a servir también cerveza y refrescos. Adornaba la calle cuando era feria y le dio más vida. Antes era un lugar frecuentado, sobre todo, por gente mayor pero luego, a partir de los años ochenta, comenzaron a venir también los jóvenes y muchas mujeres, porque antiguamente las mujeres no solían entrar en los tabancos”.

Tapa de ajo campero

Tapa de ajo campero

Escuchar la historia del Tabanco San Pablo es escuchar una parte de la propia historia de España. “Aquí se puede hacer un estudio sociológico” señala Juan Manuel. “Podemos analizar las costumbres de ocio de la sociedad de cada época atendiendo a la propia evolución que ha seguido el local”.

El Tabanco San Pablo es un lugar de reunión con los amigos

El Tabanco San Pablo es un lugar de reunión con los amigos

Las tapas no llegaron hasta el año 2000 cuando sus actuales propietarios elaboraron una carta con montaditos y platos tradicionales jerezanos como el ajo campero, los chicharrones o el menudo.

Tapa de menudo

Tapa de menudo

De este modo, el Tabanco San Pablo se ha convertido hoy en un lugar de reunión para todos los públicos, un rincón donde disfrutar al mediodía entre amigos, donde la gente viene a degustar productos típicos de la tierra. Es, en definitiva, un lugar de referencia tanto para los jerezanos como para gente que viene de fuera de la ciudad.

 

Siete bares en Cádiz para tapear entre paso y paso

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La Semana Santa, unida a la llegada de la primavera, nos anima a salir a la calle para disfrutar de una de las tradiciones más arraigadas de nuestra tierra. Son noches de ambiente y bullicio, de emociones y respeto, pero también son noches para pasar un rato entre amigos y, por qué no, saborear la rica gastronomía que nos brindan los hosteleros de la ciudad.

Si eres de los que no se pierden ninguna cofradía te proponemos un listado con siete lugares donde podrás cenar tomando tapas sin tener que abandonar la Carrera Oficial.

La Marquesa de las Huevas

La Marquesa de las Huevas se ubica en el inicio de la Carrera Oficial

La Marquesa de las Huevas se ubica en el inicio de la Carrera Oficial

Este año la Carrera Oficial en Cádiz tiene su inicio en la calle Nueva esquina con la calle Cristóbal Colón. Justo en este enclave se encuentra La Marquesa de las Huevas donde podrás degustar tapas elaboradas al momento con los sabores típicos de la tierra.

Según nos cuenta su gerente, Eva Fernández, este local abrió en febrero de 2014 y debe su nombre a sus abuelos. Él exportaba huevas y a ella la conocían como ‘la marquesa de las huevas’ de ahí que el pescado cobre un mayor protagonismo entre sus platos.

El precio medio de la tapa ronda los tres euros y en su carta podemos encontrar ensaladilla templada de pulpo, atún asado acompañado de arroz negro, bombitas de atún y pisto y uno de los platos estrella: el perrito de hueva a la plancha.

 

Nuevo Novelty

Rincón cofrade en el Nuevo Novelty en San Juan de Dios

Rincón cofrade en el Nuevo Novelty en San Juan de Dios

Se trata de uno de los locales más peculiares de Cádiz ya que en él se dan la mano dos señas de identidad de la ciudad, el Carnaval y la Semana Santa. Lo encontramos en la plaza de San Juan de Dios, en la esquina con la calle Nueva, por donde este año pasarán todas las hermandades gaditanas en su estación de penitencia.

Aparte del atractivo que supone ser un bar temático, su carta ofrece una gran variedad de tapas entre las que se encuentran dos de sus especialidades: las albóndigas de choco y la carrillada al Oporto, eso sin nombrar las tortillitas de camarones que gozan de muy buena fama dentro y fuera de nuestras fronteras. Se trata de tapas grandes, elaboradas al momento, y su precio es de cuatro euros.

 

 

La Barrica

Tapa de albóndigas y choricito a la llama en La Barrica

Albóndigas, ensaladilla y choricito a la llama en La Barrica

En plena plaza de la Catedral, en la esquina con la calle Pelota, se encuentra un bar especializado en tapas y vinos que brinda una vista privilegiada de la majestuosa Catedral de Cádiz. Su extensa carta de tapas ofrece desde choricito a la llama hasta la tosta de mermelada de vino tinto con queso de cabra y nueces, pasando por salmorejo con atún mechado y las clásicas albóndigas en salsa. Es uno de los pocos bares en Cádiz que ofrece carne de jabalí y de venado. Sus precios rondan los 2,50 euros de media.

En estos días La Barrica se convierte en un balcón ideal para ver todas y cada una de las hermandades que realizan su estación de penitencia en la Catedral siendo uno de los enclaves emblamáticos de la Semana Santa gaditana.

 

El Tascón del Torreón

El Tascón del Torreón, un coqueto local desde donde verás todas las hermandades

El Tascón del Torreón, un coqueto local desde donde verás todas las hermandades

Situado en la calle Arquitecto Acero este pequeño local brinda a sus clientes la posibilidad de ver todos los pasos desde el momento en el que salen de la Catedral hasta que prácticamente enfilan la calle Compañía.

El Tascón del Torreón abrió sus puertas hace ya siete años y su ubicación privilegiada hace que la Semana Santa se viva de manera muy intensa, con mucho ambiente cofrade según relata su gerente, Agustín Marchante. “Aquí paran desde miembros de las juntas de gobierno de las hermandades hasta los propios músicos que acompañan a los pasos “.

Ofrecen montaditos y tapas caseras como carne al Toro, fritura de pescado, tortillón de patatas y tapas clásicas como papas aliñás, ensaladilla y albóndigas. El precio medio de la tapa ronda los 2,50 euros. En estas fechas, como algo especial, venden también baguettes para llevar.

 

Casa Lazo

Casa Lazo, todo un clásico junto al Palillero

Casa Lazo, todo un clásico junto al Palillero

Aunque Casa Lazo abrió sus puertas hace ya dos décadas, fue en 2008 cuando Eduardo Fernández se hizo cargo de este local en la calle Barrié. Desde siempre sus especialidades han sido las chacinas, el buen jamón, la caña de lomo y los quesos, pero hoy su carta ofrece un sinfín de platos siempre con la garantía de contar con materia prima de primera calidad.

Entre sus tapas podemos encontrar carrillada de bellota, albóndigas al Pedro Ximénez, presa a la plancha, o guiso del día para los amantes del cuchareo. El precio de las tapas ronda los tres euros de media.

Destacar que uno de los platos de Casa Lazo que está causando furor entre el público joven es el tataki de atún rojo de la almadraba de Barbate de la empresa Gadira.

Mama Lilia

Mama Lilia, el primer bar donde tomar auténticas tapas italianas

Mama Lilia, el primer bar donde tomar auténticas tapas italianas

Antonello Zaccagnino y Maresca Russo son una pareja de italianos que, enamorados de Cádiz, decidieron hace poco más de un año abrir un bar en la calle Valverde, que marca el final de la Carrera Oficial de la Semana Santa gaditana. Su apuesta es muy diferente al resto de locales que ofrecemos en esta lista. Se trata del primer bar de la ciudad que ofrece auténticas tapas italianas.

Son tapas caseras, elaboradas en el momento y que merecen la pena saborear con calma. Su precio ronda los cuatro euros y en su carta podemos encontrar desde la lasaña o los canelones hasta la scalopina al pepe pasando por la pizza de patata, cotoletta o el polpette. Son algunas de las sugerencias que nos brinda la carta de este coqueto bar, punto de encuentro de muchos jóvenes, donde se cuida hasta el mínimo detalle como, por ejemplo, la música.

La Nueva Perola

Ensaladilla templada de pulpo de La Nueva Perola

Ensaladilla templada de pulpo de La Nueva Perola

A pesar de no estar enclavado en la Carrera Oficial propiamente dicha, La Nueva Perola, en la calle Cánovas del Castillo, se encuentra en pleno centro neurálgico del paso de las hermandades en Cádiz. En este pequeño local se pueden tomar las clásicas tapas de toda la vida en un formato doble (media ración) a un precio que ronda los cinco euros.

Carlos de la Luz, procedente de una familia de veteranos hosteleros de Cádiz que abrió Casa Tino en La Viña, regenta este local desde hace tan sólo un año. En su carta destaca la ensaladilla templada de pulpo, carne al Toro, albóndigas al roquefort, tortillón de patatas, la bomba casera (patata rellena de carne), flamenquín de pollo, los ‘bartolitos’ (enrollados de bacon, queso y gambas), croquetas caseras de puchero y pollo a la carbonara, receta especial de la casa.

No hay duda, el ceviche está de moda en Cádiz

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La cocina nikkei ha venido para quedarse. Desde hace unos años cada vez son más los restaurantes de la provincia de Cádiz que se suman a esta nueva tendencia que rescata una tradición centenaria y en la que se fusiona la cocina japonesa con los sabores latinos de sudamérica. Si de algo puede presumir la gastronomía gaditana es de contar con una gran variedad de pescado de primera calidad, razón de más para que los amantes de este concepto hayan encontrado en ella su mejor aliada.

Causa limeña con langostino y lima | Foto: Cadizfood

Causa limeña con langostino y lima del chef Luis Alberto Ramírez | Foto: Cadizfood

El ceviche es un plato típico de los paíes latinoamericanos del litoral del océano Pacífico que consiste en servir pescado crudo marinado con cítricos, especialmente limón o lima, acompañados de verduras o frutas exóticas.

Algunos ingredientes para preparar ceviche | Cadizfood

Algunos ingredientes para preparar ceviche | Foto: Cadizfood

Claro está que, al llegar a Cádiz, las recetas se han adaptado a la materia prima de la zona. Así el más común es el ceviche de corvina, que lo podemos encontrar en el restaurante Isla de León del Hotel Playa en Cádiz o en el restaurante Albores de Jerez. Algunos optan por variar el pescado según la temporada, es el caso de Mau Mau en el centro comercial Bahía de Cádiz o Puerto Escondido en El Puerto de Santa María.

Algunos chefs elaboran las recetas con atún rojo de almadraba | Foto: Cadizfood

Algunos chefs elaboran las recetas con atún rojo de almadraba | Foto: Cadizfood

Pero los fans de este sugerente plato están de enhorabuena ya que el reconocido hostelero gaditano Raúl Cueto, junto con Alejandro Aragón, gerente de la cafetería Charlotte, tiene previsto abrir el próximo mes de mayo un establecimiento especializado en este tipo de cocina en el Paseo Marítimo de Cádiz, en la esquina de la calle Brasil. Se llamará Musalima y entre sus especialidades destacarán los ceviches y tiraditos.

Ceviche de Corvina con boniato, choclo frito, algas y confitura de mango | Foto: Cadizfood

Ceviche de Corvina con algas y confitura de mango por Luis Alberto Ramírez | Foto: Cadizfood

Al frente de la cocina estará el chef colombiano Luis Alberto Ramírez, que se dio a conocer en Cádiz en el restaurante Rayuela y el pasado verano estuvo en el chiringuito El Salao de la playa de Cortadura. De esta manera, la inminente apertura de Musalima confirma que el ceviche está de moda en Cádiz y se consolida como una nueva forma de disfrutar del pescado de nuestras costas.

Marinando la corvina para elaborar el ceviche | Foto: Cadizfood

Marinando la corvina para elaborar el ceviche | Foto: Cadizfood

 

 

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